Una amiga me comentaba que había tomado una decisión. Dejar de hablar de "aquel mal" que tanto la estaba dañando, porque eso le impedía dar vuelta la página. Cuesta ignorar ciertas cosas cuando duelen, más, fingir que no nos importa. Yo digo que no me importa o afecta, la verdad es que aún queda un vestigio de ello en mi, es pequeño, pero lo sé. Creo que los días de reflexión, compartir con amigos y meditar no han sido en vano. No podría estar mejor ahora, pero no voy a mentir. Aún hay algo "inquietamente molesto" que me acecha. Lo sé, pero nadie dijo que iba a ser fácil erradicarlo. Lentamente. Estoy tratando.
Este invierno dormido ha sido descorazonado. Nadie sabía que iba a deparar en un futuro incierto, lleno de dudas, tambaleante y severo a veces. Yo también tomé una "determinación". Se necesita coraje en ocasiones, pero no va a ser la última vez.
Yo tampoco volveré a hablar de ello.
Ni pronunciar palabra, ni tormento corolario.
Ya lo decidí.
There's no return, anyway.
No hay comentarios:
Publicar un comentario