Sueños y odiseas
anacrónicas y perennes
Risas y ojos distantes
posados en la nada.
La antítesis de la vida eras tú.
Porque no vivías.
Respirabas, existías.
Te habías olvidado del elixir.
Y que en esta vida
el arrepentimiento recae
por no haber disfrutado en vida
y en la muerte te espera con una bienvenida
y tú te despides de tu existencia efímera
dejando a los mortales hundidos
y tu descanso acogido
solo con el hálito de la muerte
podías conseguirlo.
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