jueves, 31 de mayo de 2012

Nostalgia de los ciclos enterrados

Siento que ya no volverán aquellos días en donde todo era más simple. 
Nadie intentaba proyectarse hacia un futuro desgarrador. Me aniquilaba pensar en el mañana.  
Todavía.
Soñaba que el status quo de la vida me daría beneficios, solo que nada es estático.
Que las luchas y atropellos, que los cánticos etéreos, miserables sin ser escuchados, que las noches llenas de pesadumbre no vuelven; no volverán.
Tú risa me parece distante y mis recuerdos rechazan olvidarla, todo es tan confuso, tan lejano.
Caminar, hablar y reír eran una esfera cotidiana, hasta llegar al punto de encuentro semanal.
El ambiente envolvía mucha intelectualidad, pero ya no está más.
Las personas se apartan, y nosotros nos quedamos acá.
Yo no cambio, estoy cautelosa ante los demás, como un gato quien siente la amenaza territorial.
Inesperadamente, sin previo aviso, todo se queda atrás.
Mientras yo, estancada, me rehúso a aceptar que el hoy, traidor y lacerante, nos quita más la humanidad.
Y todos son parte de un tránsito, y que la vida trae nuevas sorpresas;
mientras la nostalgia que envuelve mi corazón blindado se apodera de todo lo ya pasado,
más lamento todavía, los ciclos enterrados: ya no estás más.

martes, 22 de mayo de 2012

C o n o c e r

Quienes te conocen bien no necesitan preguntarte ni cuando, donde, los cómos o porqués. Ellos saben, son cómplices de todos los rincones de ti. Les gusta ser parte, les gusta verte feliz. Yo no necesito un interrogatorio, cuando a buen observador se percibe bien. Solo necesito que me sonrían amablemente, así mismo, podemos saber si nos vamos a conocer.

lunes, 21 de mayo de 2012

así es

Me causa gracia tu andar.
Cuando observas todo al pasar.
Tu rápido caminar, mientras yo, me quedaba a veces, atrás.
Las risas iban y venían,
esas conversaciones interminables.
¡Las mejores!
Siempre me ha gustado conversar contigo
Si tuviera que elegir a alguien especial, ese serías tú, quizás
Es extraño, lo sé
No es un rollo amoroso, claro que no lo es.
Te conozco hace un buen tiempo, que me agrada el vínculo
de amistad que tenemos.
Son tantas experiencias, salidas, risas, complicidad, consejos.
No cambiaría nada de esto por algo que pudiese ser mejor.
Porque no hay nada mejor que tú amistad.

[pesadilla/realidad]

Aparecían ellos en mis sueños. Mi mayor remordimiento.
Siempre serán ellos, el tema pendiente.
Algunas palabras eran las que quería escuchar.
Otras simplementes, parecían más a verdad.
El dolor.
Se transmite condenadamente a la realidad.
Toma forma.
Se transforma y manifiesta en una jaqueca incómoda.
Creo que lloré durante la pesadilla de mi vida.
Al parecer las sábanas recogieron mis cenizas.
En el sueño yo me despedía de ellos, dolorosamente.
Les decía un par de cosas que no quería, porque sabía que vuelta, no había.
"Ya no quiero saber nunca más de ustedes" articulé con dolor
Me fui lentamente por una escalera sin ver sus rostros, sin decir adiós.
Al menos - gratamente - en mis sueños pude verlos.
Porque con su regreso, ni eso pasará.
Extraño aquellos días ¿saben?
Aquellos que jamás regresarán.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Sollozo

Es noche de llorar.
No sé porqué, algo me tiene atormentada.
Me bajó la sensación ilógica de las más ilógicas.
Esa de llorar sin razón oportuna

Sabines

Debí comprar ese hermoso e inigualable ejemplar de Jaime Sabines.
Pensé: cuando vuelva a andar con dinero, lo compraré y elegí otros libros por sobre ese.
Craso error, saben.
La poesía de Sabines es capaz de mover toda la composición de mi ser, mis lugares ocultos,
desconocidos; conocidos por mi, aquellos pasajes secretos por descubrir. Todo.
Sólo que erré, y no lo elegí aquella vez.
¿Volverá el destino, presentarme una oportunidad así?
Ruego plenamente que así sea, lo necesito para mi.
Sus palabras, sus versos, su melancolía y atormento de amar.




"No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti"


Jaime Sabines

Lo que el otoño te arrebató (2011)


Lo que el otoño te entregó no fue amor, sino que mucho dolor.
No fue la lluvia la que empapó tu rostro, 
sino que las lágrimas que no cesaban de la tristeza envolvente.

¿Qué quedó del otoño?
¿Acaso fue tu sonrisa forzosa, de lástima que mis recuerdos no son capaces de olvidar?
¿Qué quedó del otoño si tú ya no estabas allí?

Solo quedaban hojas marchitas 
el viento cómplice las alejaba
Tu mirada ya no existía para mi
Tu sonrisa no se proyectaba para mi

Arrojaste mil recuerdos y momentos
que se esfumaron vertiginosamente
Tiraste todo, y el otoño
me arrebató tu existencia iridiscente.

martes, 15 de mayo de 2012

Temores y otros furores

No es usual para mi, debo confesarlo.
Ese malestar estomacal no causado por una presunta enfermedad.
Es más bien, el otro tipo de "enfermedad", 
aquella de la que yo me burlaba, arisca e indiferente, como suelo ser.
No hay culpables, en ninguna parte.
La razón, traidora me engañó.
Otras veces yo sabía controlar la situación,
ahora no sé que hacer.
Temo y siento.
Es punzante, es molesto.
Odio estos sentimientos.
Adiós a mis comentarios, llenos de jactancia 
pues, no soy más que otra, que ha caído a el revoloteo incesante.
Cuando mi condición no me favorece, los consejos del pasado
no me sirven, ¡inútilmente!
La que ahora quiere un escape.
Soy yo.
Pero en los problemas del corazón, no existe la salida.
Solo hay temor y otros furores.
Afrontar los dolores, y dejarse llevar con las pasiones.

Los cómplices perfectos

Aunque crean que no los entiendo, a veces soy más empática de lo que imaginan.
Intentan mirar el mundo de otra forma, buscan la atención del resto, el cariño de quienes quieren.

No saben pedirlo con palabras, más todavía usan gestos para avivar miradas.
A veces me miran fijamente y reclaman algo, yo me río sinceramente, prefiero hacerles cariño a ver 

si eso es lo que deseaban.
Discuten con sus pares, se persiguen hasta golpearse, y luego duermen abrazados.
Más de alguna vez me hicieron pasar rabias, que las cosas perdidas, que el desorden y las 

eternas persecuciones entre ustedes.
¡Denme un respiro!
Cuando me traen "obsequios" que estuvieron vivos en un momento y luego sus cadáveres en mi cama o alfombra están, no necesitan agradecerme el cariño que les doy.
Cuantas noches aplastaron mis pies, pero en invierno siempre se los agradecí, en verano no aparezcan 

en mi cama.
Yo les digo felinos pretenciosos y altaneros, que en mi corazón no solamente ocupan el lugar 

que toda mascota concibe en el de sus dueños, sino que ustedes ocupan un lugar importante 
cada día de mi vida; mi corazón y cariño es de ustedes, mi atención la tienen.
Gracias por ser tan revoltosos y hacerme reír cuando a veces quiero llorar.
Gracias por acompañarme a ver películas sentimentales.
Gracias por ser tan perceptivos y vivaces.
Yo amo a mis andantes nocturnos (aunque los míos son más caseros y flojos)
De miradas penetrantes y uñas lacerantes, yo les quiero a pesar de las cicatrices que dejaron en mi piel,

 les adoro como quien quiere a cualquier ser.