No quedan palabras en este momento de silencio
Ya no quedan lágrimas en este eterno sufrimiento.
Mientras afuera los árboles se secan por el tiempo,
tú floreces plenamente por dentro,
y yo, lentamente me seco.
No hay recuerdos más placenteros
que la memoria no otorgue
que el presente borra con discoridia
y el dolor que nunca perdona.
Se esfumaron aquellos años
lúcidos, perpetuos y etéreos
cuando creíamos que volar
en los sueños eternos
se transformaría en un sueño verdadero.
¿Dónde quedó aquella luz que
antes me hacía brillar?
¿Qué hice para apagar
el fuego de los dos?
Si pudiera cambiar las cosas
¡Que no haría!
¡Que no haría!
Y cuando me levanté
aquel día apagado
descolorido, lleno de amargos colores
tú me dices:
"Adiós, pensar que esto
continuaría es prolongar
una dolorosa caída
Que si hubiese sido amor,
jamás te abandonaría"
Y yo sabiendo todo
durante mucho tiempo
sin retenerte te digo adiós
muriendo por dentro
llena de amor.
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